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El día de la cirugía

Bueno, pues el gran día llegó.

Voy a contar hoy lo que es el día de la cirugía en sí, sin meterme en discusiones técnicas ni nada por el estilo, ya que tendremos tiempo en los post venideros en ir contando cada paso de la cirugía con todo detalle, así como aspectos más generales de la caída del pelo, causas y tratamientos, reales y ficticios.

Pues la cirugía estaba pautada empezar a las 9:00. Aunque en teoría casi todas nuestras cirugías largas las empezamos a las 8:30, como los preliminares nos los íbamos a ahorrar, pues así nos ganamos media hora de suela extra, que en cirugías de estas características, pues se agradece.

Pues llego bien desayunado a la clínica, nos hacemos las fotos pre obligatorias, y me quito la camisa y me pongo la bata de paciente (punto muy importante, venir siempre con una camisa que se abra por delante, nunca camiseta) y me siento en la camilla donde yo soy el que suele estar de pie…Antes debo decir que me tomo un valium© de 5 mgr para estar algo más tranquilo, que, aunque conozca los pormenores al completo de la cirugía, debo recordar que soy hombre y médico, probablemente el peor paciente sobre la faz de la tierra.

Pues empezamos con la anestesia de la zona donante, unos pequeños pinchazos que se dejan sentir levemente (unos 8) y en cuanto empieza a hacer efecto la anestesia (una mezcla de lidocaína y mepivacaína, que a la hora que escribo esto (19:24) aún hace efecto) los pinchazos se dejan de sentir.

Y a partir de aquí, nada, no se siente nada, excepto la presión de los dedos o pequeños tirones, la anestesia duerme las fibras que transmiten el dolor, pero tardan mucho (y muchas veces ni actúan) sobre las fibras nocioceptoras, es decir las que nos hacen sentir la presión o la temperatura.

Así que todo el dolor ha durado exactamente 1 ó 2 segundos, ya que Ezequiel (el Dr. Panno) la realiza deprisa para reducir el discomfort, y ahora sólo siento los tirones en la extracción de la tira.

Sí que tengo que advertir una cosa, y es que el sonido del corte, si no se está preparado, puede ser algo desagradable. Ezequiel me extrajo la tira sentado, y aprovechamos esos momentos para discutir los beneficios o no de extraer la zona donante sentado o tumbado boca abajo.

En 20 minutos, comienza la sutura específica, llamada tricofítica, que ya discutiré más adelante, doble, pero no en dos planos, que deja cicatrices prácticamente imperceptibles (una técnica perfeccionada por el Dr. Panno, y me refiero a la técnica conjunta, la sutura tricofítica fue presentada en 1999 por Rosenbaum).

Una vez realizado esto, y yo sin sentir nada, pasamos a realizar las incisiones en la zona frontal (la discusión del porqué el diseño elegido, pros y contras etc… la haré en un post, mañana, probablemente). Ahora hay que anestesiar la frente, y, chicos, estos pinchazos sí que son jodidos, duran muy poco, pero alguna lagrimilla cae. Lo mismo, un par de segundos y las molestias desaparecen.

Así, a hacer las incisiones, en este caso 1900, ya que calculó Ezequiel,algo más de 2000 Ufs (unidades foliculares), al final 2400, y había que reservar algo para reforzar la zona frontal.

Esto, igualmente, sin dolor de ningún tipo, sólo el soniquete de la incisión, parecido al atravesar cuero (que lógicamente, también es piel).

Cuando esto se acaba, y dejando algo de tiempo para mirar las musarañas, pues aunque tenemos una maravillosa televisión para ver pelis (cortesía de Aldi supermercados), no iba a hacer un feo a mis compis, así que pasé de ello y me dediqué a charlar con ellas, que son excelentes profesionales, y aún mucho mejores personas.

Bueno, pues una vez que se cortan una cantidad importante de folículos, comienza la parte más tediosa, la implantación de dichos injertos en el cuero cabelludo entre 2 técnicos (en este caso, mi indispensable mano derecha, Miriam, y Sandra, bajo la atentísima mirada del Dr. Panno).

Y así se pasan las horas, yo de charlotea (y juro y perjuro que no se siente dolor, sólo el tener que mover el trasero un poca cada hora y media).

Finalmente, llega el refuerzo del área temporal, y aunque son pocos folículos (unos 200 por lado) es la parte más complicada, y donde debo decir que la inyección de la anestesia molestó más de la cuenta; pero como siempre, breve.

Y así, sobre las 16:00 acabamos la cirugía, me limpian bien para dejarme presentable y orderamne que vaya a comer algo (y bien que les hago caso).

Al final, 2400 UFs, 7 horas de cirugía y un blog en el que relataré los pormenores de la evolución de mi cirugía, así como de todo lo que se me ocurra en relación con el apasionante mundo de la medicina y cirugía capilar